Seguro que habéis visto alguna por la televisión. En las películas de principios de los años 1980, en algún barrio deprimido de los Estados Unidos, aparecían. Es un fenómeno principalmente afroamericano y consistía en montar la fiesta del año.
Un bloque de edificios abandonado, equipo de música compuestos de platos, caja de mezclas y buenos amplificadores. La luz era gratis con cables a las farolas. Los sonidos de la época estallaban, acompasados por los mc’s –master of ceremonies, maestros de ceremonia- en el micro. Los primeros pasos del rap.
Megafiestas clandestinas en las que todos se lo curraban para pasárselo pipa. Según van pasando los días en el Mundial de Japón la sensación de juego de conjunto no ha crecido en la USA Basketball. Con el permiso y la estrecha vigilancia de los cuatro de turno, el que recibe la primera bola del base se la suele jugar.
Pocos bloqueos, escasas combinaciones y demasiadas acciones forzadas. Sin embargo, las constantes rotaciones establecidas por Krzyzewski están facilitando la paulatina aparición de cada una de las piezas de la docena ‘yankee’.
Esta madrugada, mientras muchos aprovechaban para despedir el último fin de semana oficioso del verano –en septiembre aún quedan, pero ya no apetecen chanclas y pantalón corto- el equipo estadounidense se hinchaba ante Australia.
Los canguros son lo que son, un equipo de una estrella de ascendencia e influencia directísima croata, en busca de nuevos talentos. Bogut fue el número uno del Draft de hace dos años. Mueve sus siete pies con más clase que sus enemigos en el parqué, pero el solo no puede contra todos.
’Coach K’ volvió a utilizar sus estáticas rotaciones para aumentar intensidad y presión. Lo grande para el mito de la acera enfrentada a laNorth Carolina de Michael Jordan, es que cambia piezas de un cinco a otro, de un bloque a otro.
Hoy le vimos jugar muchos minutos con dos postes. Chris Bosh se ha ganado en dos actuaciones de 20 minutos el respeto que nosotros le tenemos después de verle muchas noches la pasada campaña.
Krzyzewski no engaña tampoco a nadie. Cambia cromos, pero no estilo. Su equipo vuela y baja el trasero dependiendo de las necesidades, pero en ataque es previsible: cualquiera te la va a liar.
Anoche, con Bosh a un paso de ser más Mr.20-10 que Elton Brand, le tocó besar red a Joe Johnson. 18 puntos en menos de 20 minutos y otro preparado para la guerra. Todos jugaron, todos anotaron y todos están alerta para saltar a la cancha.
Con los States ganando más adeptos en las quinielas finales, aparece un nuevo flanco de ataque para los que les desdeñan. “Lo que hacen no es basket”. Punto y pelota. Así, se despachan los que niegan que las conexiones en el aire, los botes bajitos e imposibles y la vida por encima del aro sean académicas.
Sin negar su amor y conocimiento del juego, no conviene vivir años atrás. Con los partidos rotos, nos podemos morir de pena hasta que suene la bocina final. Es una bendición ver como jugadores de 20 años llevan a la cancha el basket más puro y adorable, el que aprendieron en la calle.
¿Es un insulto para la memoria del juego ver a Paul conectar con el primero que se atreva a volar? ¿Es un insulto también que Sergio encuentre a Rudy o a Pau?
1 comentario:
Bon post. El millor d'ahir va ser Joe Johnson de carrer.
USA guanya a Espanya amb els ulls tancats.
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